Dostoievski le Replika al Romanticismo

AndreaCaña

A la más bella de las mentiras le interesa el teatro desde todas sus dimensiones. Una de ellas son sus autores y, por supuesto, su vinculación con los movimientos literarios. Esta semana hablamos de Realismo. Conocer los rasgos que definen el movimiento os ayudara a entender el trabajo y pensamiento de Dostoievsky. Deseamos que este breve resumen os  haga disfrutar más, si cabe, de las obras del autor ruso.

Nos encontramos en 1848. Los ideales que defendía la Revolución Francesa parecen haber caído en el olvido, a cambio, emerge una nueva clase social, la burguesa. Egoísmo y hedonismo parecen ser los valores que priman en la sociedad. Además, los terribles problemas sociales de la industrialización comienzan a hacer mella en la conciencia de los artistas que se olvidan de la esfera política y se centran en el tema social. ¿Su objetivo? La denuncia.

No se puede establecer una separación tajante entre Romanticismo y Realismo. En un principio, este último habría surgido como depuración de los elementos románticos más idealistas. Viene, principalmente, a reflejar los conflictos internos y externos de la burguesía. Los personajes novelescos retratan ahora los conflictos cotidianos de la época: la mujer y el obrero cobran un papel protagonista.

Entre sus rasgos más destacables: observación y descripción precisa de la realidad, ubicación próxima a los hechos, propósito de crítica social y política, sustitución de la exaltación sentimental romántica por la observación, representación fidedigna del entorno y crítica. Hay predilección por la novela, aunque también se cultiva el relato breve. ¿El resultado? Una literatura brillante.

¿Quieres saber cómo se sirve Dostoievski del movimiento? Mañana en La más bella de las mentiras.

Un etrusco que incita a la sonrisa

María Cappa

Héctor Alterio conmueve en La sonrisa etrusca. Engancha, enternece, enamora. No existe nada ni nadie más cuando habla. Te obliga a calmarte cuando está sereno, a estremecerte cuando sufre, a apasionarte cuando recuerda su juventud. No es un actor. Es un señor que pasaba por ahí y decidió subirse al escenario para compartir su historia.

La obra en su conjunto recuerda a esas familias alquiladas de Japón. Un hombre se siente solo y necesita querer y sentirse querido antes de morir. Héctor Alterio, Bruno, es ese hombre. El elenco de intérpretes que lo acompaña es su familia ficticia. Un grupo de actores muy bueno, sobre todo las mujeres, y especialmente Julieta Serrano, que está soberbia. Pero de última solo son actores. Y entre todos ellos un anciano cercano a la muerte cuyo último deseo es saber qué significa el amor. El amor de pareja, que encuentra en Hortensia, y el amor paterno-filial, que descubre con su nieto.

Alterio evoca el lado más tierno del entrañable abuelo de Heidi. Un hombre amargo y refunfuñador que aprende el verdadero significado de estar vivo gracias al amor desinteresado que recibe de parte de su entorno. Este señor es capaz de conectar con el público desde el primer gesto de la primera escena en el primer minuto. El público lo conoce, simpatiza con él, y acaba queriéndolo. Tanto cariño se le coge que uno no puede evitar las lágrimas que se le escapan de los ojos hacia el final de la obra.

El cartel que advertía hoy “Localidades Agotadas” en el Teatro Bellas Artes estaba justificado. La obra no tiene un solo pero. La sonrisa etrusca es, probablemente, la mejor obra de teatro que Madrid ha tenido la suerte de acoger en los últimos quince años. La ovación emocionada, casi sempiterna, que el público le dedica a Héctor Alterio no es que esté justificada; es que no puede evitarse. Casi le dan ganas a uno de subirse al escenario a abrazarlo y llorar de alegría sobre su hombro al comprobar que sigue vivo. La sonrisa etrusca, sin lugar a dudas, es la más bella de las mentiras que se ha contado en Madrid en mucho tiempo.

Función de Noche, de la realidad a la ficción.

AndreaCaña

«Encerrados entre cuatros paredes, aislados en un camerino, discuten Lola Herrera y el que por siete años fue su marido». Dolores al fin ha impuesto la nulidad matrimonial tras catorce años se separación. El también actor Daniel Dicenta pide explicaciones a la vallesoletana. Así comienza “Función de Noche”, filme en el que la ficción teatral se convierte en realidad.

Se trata de “el único documental de la transición española que interpela al franquismo desde un punto de vista de género”. Focaliza su atención en la inferioridad y la sumisión en la que durante muchos años ha estado sumida la mujer. Es aquí precisamente donde entra en juego Carmen Sotillo, un personaje de ficción que representa a la perfección los valores que durante la época franquista el patriarcado le había impuesto  al género femenino.

La película de Josefina Molina muestra la crisis de personalidad que habría sufrido Dolores Herrera al comprobar el paralelismo existente entre su vida y la de Carmen Sotillo, protagonista de la obra de Delibes “Cinco horas con Mario” y a la que ella cada día daba vida en el escenario. La interpretación llevó a la actriz a cuestionarse muchos aspectos de su vida privada.

Recordaba Lola cómo, al principio, “odiaba a Carmen”: «Me parecía una mujer vulgar que nada tenía que ver conmigo. Sin embargo, poco a poco, en frases determinadas de mi monólogo, empecé a ver pasajes de mi vida. El paralelismo entre aspectos de la vida de Carmen y de la mía empezó a ser tan grande que entré en una crisis de identidad. Había descubierto todo lo que de mí había en Carmen y me encontré a través de ella».

Josefina Molina vio aquí la oportunidad que durante más de un año había estado buscando. Tenía su película. Productor y directora propusieron a Lola recrear en directo una conversación entre la actriz y su ex marido. Ambos aceptaron. Según confirmaba la actriz: «Era importante para mí sacar toda la mierda que llevaba dentro. Aquello no fue para mí un rodaje, ya que conseguí olvidarme de que había cámaras y micros, y fui yo la que hablé ante Daniel, hombre”.

Durante algún tiempo la película fue todo un éxito, hoy ha caído en el olvido. ¿Tienes un ratito? pues acércate al videoclub y alquila este magnífico filme. Prometemos, no os dejará indiferentes.